domingo, 9 de febrero de 2014
La Colombiana.
La colombiana rica. Que no tiene idea de libros, rock ni poesía. Y si de algo en concreto. Sabe pasear su culo con verdadero talento. Ya le han pedido matrimonio dos veces y en ambas ocasiones ha dicho que no.
El dueño de la cafetería donde trabaja parece que no termina de conocer ése rabo. La ve llevando bandejas con tacitas de café, cervezas importadas y caras y sánduches realmente deliciosos; y no aparta la vista de la licra ajustada a ése pompi. Podría decir de qué esta compuesto el poliéster de tanto mirar la prenda mínima.
-¿Qué lees? —me pregunta, en un momento de calma, después de haber atendido las mesas que le corresponden. Interrumpiendo la voz de Holden que suena en mi cabeza y son las primeras líneas de The Catcher in the Rye, el libro que encargué hace dos semanas y recién éste sábado cálido retiro.
-¿Te lo acabas de comprar, verdad? En ésa tienda de libros que hay en unas cuadras… No recuerdo como se llama. —me vuelve a preguntar y no me deja concentrar en la lectura. Así que asiento, la miro directamente a los ojos y los descubro oscuros, con cierto brillo pícaro y sobretodo, curiosos.
Hace rato que vi su rabo por primera vez y aunque está frente a mí, puedo dibujarlo en mi mente y pensar que a lo mejor estaría bien ser amable, olvidar el libro por un rato, igual ya lo leí dos veces, y conversar con ella.
-Tu jefe te tiene un hambre terrible, deberías darle una probadita. —intento parecer el machito costeño que debería ser de haber vivido más tiempo en Ecuador. Sonrío, espero que no se enfade, pero la verdad es que no me sale nada más. Y qué diablos, quiero ser sincero. No la conozco y al parecer, Ella está interesada en conocerme. O al menos, en olvidar por un rato que la mirada de su jefe sigue ahí, clavada ahí.
-Ése hijuepucta no sabría que hacer con esto —también ríe y no se señala el culo ni hace gestos grotescos. Sólo ríe. —Aquí solo los gringos se sientan a leer. Es raro ver a los cuencanos leyendo algo. Así como tú, con un cafecito… Se te está enfriando.
Así que era eso, pienso, solo soy un tipo que lee y por eso es raro y despierta la curiosidad de ésta colombianita tan rica, que de tan buena que está dan ganas de pedirle matrimonio y darle duro hasta agotar ése culo.
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