sábado, 15 de marzo de 2014

Es GRUNGE.

Le queda bien el pantalón de su chándal Adidas, dibuja bien las curvas de su culo mínimo, latino. Es impresionante como incide la luz en sus piernas, que no cubre por completo su gabardina. Su inocencia y su candidez desaparecen por momentos, si no piensa más allá y solo ve sus botas de trekking y su camiseta gigantesca de Nirvana, sin nada más que la vista. Es GRUNGE. Es como esa groupie que se follaron integrantes de Soundgarden, Pearl Jam, Alice in Chains. Y que ahora Él se folla. La situación se torna totalmente cinéfila cuando Ella se prueba cada una de sus camisas a cuadros y Él solo puede pensar que si ésas escenas funcionan para la mayoría de la gente, no es tan grave que lo emocionen. No está seguro de si hay alguna camisa que Ella no ha vestido. Quizás la de cuadros blancos, grises y naranjas. No, si no recuerda mal ésa la perdió en un paseo a la finca de no sabe quién. Ella reaparece en su campo de visión y lo rescata de sus pensamientos. Viste únicamente uno de sus bóxers holgados, también a cuadros. Uno de ésos que enervan a su madre porque dice que son como de jubilado. No debe pensar justo en ése momento en su madre —se reprende. Ella permanece frente a Él. De perfil. Con la mirada vuelta hacia Él. Mirándolo sin ninguna intención aparente. Como en esas fotos de Corinne Day. Sonríe y Ella le devuelve la sonrisa. Toma aire y vuelve a sentir todas las sustancias de la noche anterior. Piensa que a todo el mundo le deberían rebajar la resaca así. La quiere.

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